martes, 2 de agosto de 2011

JULIO 2011. Resumen de un mes de toros.

     Terminó el mes de julio y, aunque parece que no sucedió gran cosa en los primeros puestos del escalafón, sí que se movieron algunas fichas.

     Todo el mundo taurino pendiente de una reaparición que no era una más. Había muchas dudas. No recuerdo en mi vida de aficionado una reaparición con tanta expectación como la protagonizada por el monstruo de Galapagar en Valencia el pasado 23 de julio. Recuerdo con claridad la que se formó en junio de 2007 cuando tras cinco años de ausencia el genio decidió volver en Barcelona tras un retiro voluntario. Pero esto era distinto. En aquella ocasión no había dudas. En ésta sí que las había y también había morbo, mucho morbo... El nombre de Navegante y el de Aguascalientes estaban en el pensamiento de todos. Y aquello, se sabía de sobra, había dejado secuelas. Ahora bien, las secuelas eran más físicas que otra cosa. Al menos eso es lo que pensamos la gran mayoría de los diez mil afortunados que tuvimos la suerte de ver aparecer a José Tomás nuevamente enfundado en un traje de luces. Nunca un paseillo se convirtió en una ovación tan larga, tan profunda y tan sentida.

      Cuando la temporada parecía que tenía un dueño y señor indiscutible tras sus pasos por Sevilla, Jerez, Córdoba, Madrid y Nimes (ahí es nada...) que no era otro que el de José María Dolls Samper, José Mari Manzanares en los carteles, su ausencia de Pamplona la aprovechó el otro titán para decir aquí estoy yo y entretenerse en cortar nada menos que cinco orejas cinco en el otrora prestigioso coso navarro. Casi sin despeinarse Julián López pasó por Pamplona como un ciclón dándole otro golpe de efecto a la temporada y adelantando posiciones con respecto al alicantino. Claro que a decir verdad, éste saldó con dos puertas grandes sus dos comparecencias en plazas de primera categoría durante el recién finalizado mes. A saber, Valencia y Barcelona, con lo cual la regularidad de sus triunfos en plazas importantes es verdaderamente apabullante, pues ha salido a hombros en las seis plazas de primera en las que ha actuado en la presente campaña, algo muy, pero que muy difícil de igualar... Las espadas de estos dos colosos pues, siguen en lo más alto y el mes de agosto y, dentro del mismo, el siempre difícil examen de Bilbao irán aclarando posiciones.

      Tras ellos hay que destacar los nombres de Sebastián Castella y su rotundo triunfo en Barcelona con nada menos que cuatro orejas y el de Daniel Luque que acaba de proclamarse triunfador absoluto de la feria de Santiago en Santander tras desorejar a un excelente toro de Antonio Bañuelos para el que se pidió el indulto.

      Por su parte Alejandro Talavante y Miguel Ángel Perera tampoco perdieron posiciones.  El primero desorejó a un "cuvillo" en Mont de Marsan y salió a hombros en Vitoria manteniendo ese buen nivel que lleva esta temporada y que alcanzó sus más altas cotas con aquel faenón al del Ventorrillo en San Isidro. El de La Puebla del Prior corroboró sus éxitos de las ferias de junio triunfando en la Monumental de Barcelona y puntuando en Santander y en Pamplona donde fue uno de los pocos que dieron la cara.

     Pero la gran revelación de lo que va de verano no ha sido otra que la del mejicanito Arturo Saldívar. No se arredró el torero azteca en la reaparición del de Galapagar y no sólo no fue convidado de piedra sino que dio un auténtico recital de toreo largo, profundo y tremendamente ajustado.

    Iván Fandiño y David Mora refrendaron en Pamplona su buen momento y parece que han llegado aquí para quedarse un buen rato. Tienen toreo en sus muñecas y pureza en su concepto lo que unido a un valor, parece que vedadero, conforman unos cimientos sólidos para construir a una figura del toreo.

    Por último hay que referirse al apartado novilleril en el que un nombre sobresalió por encima de todos. El de Conchi Rios recién proclamada triunfadora del ciclo de novilladas de Las Ventas compitiendo con lo más granado del escalafón menor. Fue la única que consiguió salir a hombros y lo hizo tras cortarle dos orejas a un gran novillo de José Cruz; un auténtico "tío" por cierto...

      Agosto espera, cálido y taurino como siempre ,con nuevos miedos y emociones, con triunfos y fracasos... ¡¡Que Dios reparta suerte!!

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