 |
| Empaque y pureza en el toreo al natural de David Mora el pasado 15 de agosto en Las Ventas. |
El mes de agosto encara su recta final con Bilbao ya en la mente de todos.
Y yo, echando de menos faenas redondas. Sí, esas faenas de cabo a rabo, rotundas de principio a fin. Esas que marcan una temporada y que consagran de verdad a un torero. Verbigracia el indulto de Manzanares en La Maestranza, o sus impresionantes conciertos de Jerez y Córdoba. Cómo no, la de Talavante al del Ventorrillo en Las Ventas (uno de los hitos de la temporada) o la de don Julián al Garcigrande de Sevilla. Castella también tuvo dos triunfos históricos en la primera mitad de temporada, la tarde de las cuatro orejas de Barcelona a los de Garcigrande y el faenón de Nimes con el de Fuente Ymbro.
No digo que no estén pasando cosas, pero parece que llevamos un verano relativamente tranquilo. Las figuras toreando casi a diario y dando la cara. Como se suele decir, puntuando cada tarde. Una orejita acá una ovación acullá.
Los grandes protagonistas de esta singular película ni mucho menos pierden su categoría ni su cartel. Avanza Daniel Luque, imparable desde el día de Santander. Talavante suma cada tarde y parece que en Gijón y ayer en San Sebastián dio una gran dimensión. Manzanares y El Juli se siguen jugando el liderazgo en cada una de sus actuaciones. El mito, cuajó un faenón por monumentales naturales en El Bibio que luego emborronó con la tizona. Perera se sigue arrimando como un león y se reafirma un David Mora en el que se atisba un toreo caro de verdad.
Pero yo sigo echando en falta esas faenas de la primera mitad de año. Esas que quedan grabadas en la memoria de la afición, esas que se recuerdan por siempre y para siempre. Llegarán, a buen seguro que llegarán y yo se las contaré desde aquí...
No hay comentarios:
Publicar un comentario