Aburridísima sobre todo es como yo describiría la película que sobre Manolete se está proyectando ahora mismo en los cines españoles con varios años de retraso.
Me habían hablado mal del film, pero ayer comprobé de primera mano que tales críticas negativas eran superadas en mi apreciación. Iba con la idea preconcebida de enfadarme porque sabía que el Monstruo de Córdoba no salía bien parado. Cuando abandonaba la sala mi enfado no era tanto por esta causa como por la de haber tirado siete euros a la basura...
Lo mejor, las caracterizaciones de los personajes. Tanto Adrian Brody como Penélope Cruz hay que reconocer que por momentos se parecen asombrosamente a Manolete y a Lupe Sino.
A Manolete lo describen como un ser extremádamente tímido y medio tonto, la verdad, cuando precisamente su personalidad en la calle y la grandeza de su toreo en el ruedo lo convirtieron en uno de los personajes más influyentes de su época.
A Lupe la pintan como una pobre artista que no pasa de ser una fulanilla del tres al cuarto que le absorve el seso a Manolete y condiciona su carrera taurina hasta el punto de dejarse matar por ella aquella tarde en Linares...
La trama fundamental es la historia de amor entre Manolete y Lupe, dejando atrás lo que supuso el famoso diestro no solo en la historia de la Fiesta Nacional sino en la historia moderna de España.
Estoy seguro que el amor que el torero sintió por Antoñita Bronchalo (el verdadero nombre de Lupe) fue sincero y apasionado, pero no hasta el límite de ser un pelele en manos de ella como describen en la película.
El comienzo es quizá la crítica más ácida que se hace al genio de Córdoba. Lo despierta su mozo de espadas, Guillermo (Santiago Segura) y él se dirige raudo a endosarse unos gramos de cocaína tras comprobar lo que ella ha dejado escrito en el espejo con la barra de labios "follas como un crío"...
Un consejo: si tenéis dudas, no vayáis a verla...
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