Ayer José Tomás volvió a hacer historia. Hoy es portada en todos los periódicos de tirada nacional. Sólo un torero como el de Galapagar es capaz de conseguir eso. Hablan y no paran de la hazaña de ayer en Nimes. Once orejas y un rabo con indulto incluido. Apoteosis.
Nunca me arrepentiré de algo más en mi vida de aficionado que el no haber estado ayer en Nimes (el plan falló a última hora).
José Tomás se destapó en Madrid en el San Isidro del 97 con una faena al natural a un toro de Alcurrucén llamado Corchito al que cortó dos orejas. Se empezó a hablar de él y a partir de ahí cinco temporadas arrasando por todas las plazas de España y Francia. El epicentro de sus éxitos estaba, aparte de en la capital (cinco salidas a hombros y unas cuantas perdidas por la espada), en Barcelona. Sin olvidar Sevilla donde salió por la Puerta del Príncipe dos tardes consecutivas en 2001.Después vino la retirada en 2002, pero para entonces el madrileño ya era un mito. La reaparición en Barcelona en junio de 2007 supuso el acontecimiento taurino del año. El planteamiento era distinto, temporadas cortas con un número de festejos escogido, con compañeros que no molestaran y con un hito importante (sólo uno) cada temporada. La estrategia era perfecta, el resultado, llenos a reventar todas las tardes y la cotización por la nubes. 2008 fue la vuelta a Madrid, cortando siete orejas en dos tardes. 2009, los seis toros de Barcelona. 2010 el regreso a Bilbao, finalmente truncado por la cornada de Aguascalientes. El mito seguía creciendo. Luego vino la reaparición en Valencia la temporada pasada y este año la encerrona de Nimes. Espero y confío en que vuelva a Sevilla el año que viene.
Entre medias de todo esto, triunfos históricos, faenas apoteósicas y sobre todo una tauromaquia basada en el valor y en la personalidad, con el clasicismo y la quietud por bandera, unos rasgos que lo convierten en un torero irrepetible y que lo hacen un ser diferente, único…
Le he visto torear unas cuantas tardes y sé de lo que hablo. Sevilla, Córdoba, Jerez, Barcelona, Linares, Huelva, Málaga, Granada, Ciudad Real, Albacete, León, Valencia… y en alguna de ellas varias corridas. Por eso me imagino lo que pudo haber pasado ayer en el coliseo romano de Nimes.
Recuerdo faenas en Málaga impresionantes, no puedo olvidar la de Jerez a “Asustado” de Núñez del Cuvillo al que pegó treinta naturales de otro mundo. Contemplé en Linares una de las mejores faenas que he visto nunca. Viví los seis toros de la Monumental. Aunque dicen que lo de ayer, supera todo…
Los que allí estuvieron pueden contar que asistieron a una de las corridas más importantes de la historia del toreo…
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