miércoles, 16 de noviembre de 2011

LA OREJA DE ORO 2011. CRÓNICA DE UN RIDÍCULO

      Lo de la Oreja de Oro del programa Clarín de Radio Nacional de España, que se otorga al máximo triunfador de la temporada y que es considerado como el más preciado galardón taurino, ha resultado un año más algo tremendamente absurdo. Desde la más profunda admiración a David Mora de quien siempre he hablado y escrito maravillas, pues en él se atisba un torero que puede ser muy importante, me parece una falta de respeto absoluto a todo el toreo ya que a falta del voto de un corresponsal, estaban empatados a puntos  José Mari Manzanares y el citado diestro madrileño con ocho votos cada uno. Fue Luís Miguel Parrado el que inclinó la balanza a favor del alicantino resolviendo así un sufragio cuya disputa intuyo a todas luces injusta. 

      Me imagino que no es mucho suponer que todo estuviese amañado para que la cosa tuviera emoción, porque otra explicación no cabe.

      La temporada que el dete ha realizado no me cansaré de repetir que ha sido histórica no solo por la regularidad en el triunfo que se presume que es lo que cuenta para la obtención del otrora prestigioso trofeo sino también por la calidad que ha imprimido a tales logros.

      Manzanares ha arrasado en todas y cada una de las plazas importantes que ha pisado, a saber: Vistalegre, Castellón, Sevilla, Jerez, Valladolid (dos veces), Madrid, Córdoba, Nimes, Granada, León, Burgos, Barcelona (dos tardes), Valencia, El Puerto de Santamaría, Pontevedra, Béziers, Málaga, Almería, Linares, Palencia, Dax, Murcia y Albacete. En todos estos cosos (la mayoría de primera categoría) salió a hombros y obtuvo éxitos clamorosos. Si después de esto se discute que ha sido el triunfador de la temporada, apaga y vámonos.

      Increible que El Juli no estuviera en la final. Él ha sido el otro gran triunfador, junto a Talavante, de esta campaña.

      David Mora puede ser un gran torero, y se ha ganado tarde a tarde su inclusión en las mejores ferias del circuito pero ni de lejos se merecía el segundo puesto.

      Ya de primeras, el trofeo estaba corrompido pues ni siquiera entre los diez seleccionados estaba Miguel Ángel Perera, que aún sin estar en su mejor momento sigue siendo uno de los cinco o seis  toreros más cotizados y que ha firmado un gran final de temporada.

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