lunes, 3 de junio de 2013

LAS LETRAS DE ORO DE LA HISTORIA DEL TOREO

RESUMEN DE LAS TRES CORRIDAS DE TOROS DE LA FERIA DE CÓRDOBA 2013.


Morante de la Puebla escribió el sábado una de las páginas más bellas de la historia de la plaza de toros de Córdoba.

Se hablará muchos años del rabo de Córdoba, de la tarde de Córdoba. Efectivamente no soy yo quién para describir lo que hizo el de la Puebla en el coso de Los Califas. Puede que haya sido una de las tardes más rotundas en la carrera de Morante. Y esta vez no solo hubo detalles de toreo de capote como últimamente. No, no fueron destellos ni simples esbozos de torería. Hubo dos faenas redondas, compactas, macizas. Todo el toreo en una sola tarde. A mi como se le dan una pata. Toda su actuación fue un recital de la más pura y ortodoxa tauromaquia de hoy y de todos los tiempos dotada con su personalísimo sello y con una inspiración divina que más que nunca encontró Morante en esta mágica tarde cordobesa.

Una tarde rotunda para enmarcar en los anales de la historia del toreo. Una página escrita con letras de oro que nadie de los allí presentes olvidará.

El súmmum llegaría al final de la faena al quinto. Tras formar un alboroto con  capote y muleta en la diestra, se cambió el sevillano a la zurda y bajó el tono de la faena. Dejó de sonar la música y entonces llegó el momento culminante. Se enfrontiló Morante muy cruzado y dibujó dos series de naturales imborrables. Con un sutil golpecito  con el estoque simulado en el lomo del juampedro incitaba Morante al noble animal a tomar la muleta, para componer una de las obras más bellas que estos ojos hayan visto. Para mí, el rabo, más que merecido. Hacía muchos años que no se veía torear así en Córdoba.

Finito dejó destellos de su clase con el que abrió plaza. El asolerado empaque de nuestro ídolo de juventud se pudo percibir por momentos especialmente en un recibo capotero que nos hizo revivir días de ensueño pero, no nos equivoquemos, Finito ya no es el mismo...

 Manzanares quiso y estuvo tremendo con un lote imposible. Desgranó con ambas manos muletazos de gran calidad y sobresalió en el toreo a la verónica con el que cerró plaza. Ha crecido mucho el alicantino con el percal. Se atrancó con la espada y ello le impidió obtener algún que otro trofeo.

Del resto de la feria solo se puede salvar un faenón de José Luis Moreno a un ejemplar de La Palmosilla el jueves que esta vez sí corroboró con la tizona. No fue un triunfo más en mi opinión. José Luis realizó una excelsa obra. Un toreo de muchos kilates de gran plasticidad y hondura. Ya con el capote toreó como pocas veces se ve. Con prestancia y armonía. Hubo dos verónicas impresionantes y el remate de una media cumbre. Y con la pañosa, profundidad y pureza. Tres tandas finales, arrastrando la muleta por el albero, lentas y sentidas, sirvieron para que las dos orejas fueran incontestables. Sobresaliente el de Dos Torres.

El Cid, Daniel Luque, Alejandro Talavante y Miguel Ángel Perera pasaron de puntillas por el albero califal. Ni tuvieron colaboradores propicios para el triunfo ni ellos pisaron a fondo el acelerador. David Mora puso voluntad y obtuvo una solitaria oreja en el aburridísimo festejo del viernes. Un encierro de Cuvillo flojo y descastado que presagia malos tiempos para esta excelente ganadería.

Caía la noche en Córdoba cuando a los gritos de "viva el toreo" una multitud de jóvenes enfervorecidos aupaban en hombros a Morante de la Puebla en una gloriosa y épica salida por la Puerta de los Califas. Como no, allí estaba yo...


FICHA DE LAS TRES CORRIDAS DE TOROS

Jueves 30 de mayo de 2013
Un tercio de entrada
Toros de La Palmosilla
José Luis Moreno: ovación y dos orejas
El Cid: ovación y oreja
Daniel Luque: ovación en ambos

Viernes 31 de mayo de 2013
Más de un tercio de entrada
Toros de Núñez del Cuvillo
Miguel Ángel Perera: ovación y palmas
David Mora: una oreja y palmas
Alejandro Talavante: ovación y palmas

Sábado 1 de junio de 2013
Más de tres cuartos de entrada
Finito de Córdoba: una oreja y ovación
Morante de la Puebla: dos orejas y dos orejas y rabo
José María Manzanares: ovación en ambos