lunes, 23 de enero de 2012

POLÉMICA SOBRE LOS DERECHOS DE IMAGEN DEL G-10

                Voy a intentar reflejar brevemente mi opinión acerca del follón que hay montado sobre los derechos de imagen de los toreros, las pretensiones del mal llamado G-10, y demás zarandajas por el estilo.
                En primer lugar, ¿quiénes son los que conforman el denominado G-10? Digamos que los diez grandes, los toreros se supone que más taquilleros del escalafón, con excepción del único que de verdad llena las plazas por sí solo y del rebelde francés Sebastián Castella. A saber, Manzanares, El Juli, Alejandro Talavante, Enrique Ponce, Miguel Ángel Perera, El Cid, Morante de la Puebla, Cayetano Rivera,  El Fandi y César Jiménez...¿?  
                De estos diez se me ocurre pensar que únicamente Manzanares, El Juli , Morante y quizá también Talavante estarían con derecho a exigir algo, y tampoco tanto. La pasada feria de la Salud de Córdoba, El Juli solo fue capaz de llenar la mitad del coso de Los Califas (el dia anterior Morante y Manzanares reventaron las taquillas), eso sólo por poner un ejemplo cercano. La cesión de los derechos de imagen a una empresa especializada es invitar a un nuevo comensal a compartir un almuerzo ya de por sí bastante frugal. Señores, el pastel ya no da más de sí y aquí todo el mundo pide y pide y de lo que nadie echa cuentas es del que de verdad mantiene este tinglado, el españolito de a pie que sacrifica parte de su sueldo por olvidarse un par de horas de la crisis viendo como tres tíos se juegan la vida delante de una bestia. El año va a ser difícil, el consumo va a disminuir, y hay menos pasta en los bolsillos de la peña, así que como todos los partícipes de este peculiar mundillo no se aprieten el cinturón y bajen sus cotizaciones, incluidos por supuesto los toreros, esto no lo sostiene ni Manolete resucitado. Entonces, ¿a qué tanto exigir?
                 Me cuentan algunos profesionales que nadie tiene huevos de enfrentarse a Manuel Molés, verdadero dueño del cotarro de la televisión y que esa ha sido la causa principal de la cesión a la empresa All Sport Media de los renombrados derechos de imagen. Aunque yo sé de uno que sí que se los echó y fue mil veces criticado por ello. Pongamos las cosas en su sitio. El genio de Galapagar no se niega a dejarse televisar para, como dicen algunos antitomasistas, que no se perciban los defectos de su toreo por la tele. Con todos mis respetos, ¿cabrá mayor sandez? Tomás sí que se dejaba televisar al principio, lo que luego sucedió fue precisamente lo que está pasando ahora con el G-10, pero nadie le reconoció que se rebeló contra  el sistema él solito y que encima ganó su propia batalla sin pasar por el aro, batalla que ahora no está muy claro quien ganará.
                Los toreros están en su derecho de reclamar lo que les pertenece y exigir al empresariado taurino los honorarios que realmente genere cada uno, porque esa es otra, las figuras por sí solas y fuera del circuito de los grandes abonos no son capaces de llenar las plazas. Pero repito, o todos se ajustan y con ello disminuye el precio de las entradas o esto se va al garete.
                Esta es la opinión de un aficionado, uno que pasa por taquilla y que se gasta casi todo lo que gana en toros. Gracias a miles de aficionados como yo, subsiste la Fiesta, que no se nos olvide…